ALMO.- 25 febrero de 2014.- Esa es la conclusión del
especialista británico David Levy, que el pasado 24 de enero pronunció una
conferencia en Madrid sobre “Tecnología y periodismo: retos y oportunidades”.
Levy, director del Reuters
Institute for the Study of Journalism (Universidad de Oxford), estuvo en Madrid
para participar en el encuentro Conversaciones con…, iniciativa de la Facultad
de Comunicación de la Universidad de Navarra con la colaboración de la Oficina
de Información del Opus Dei en España. Su intervención consistió en presentar
el Digital News Report 2013, elaborado por el Reuters Institute a partir de una
encuesta en nueve países europeos y americanos. Está disponible una
presentación que resume la conferencia.
Los mismos, fuera y dentro de la
red
Ahora que los medios de
comunicación –la prensa en especial– pasan apuros en muchos países, comenzó
diciendo Levy, se echa a Internet buena parte de la culpa. Ha abaratado la
publicación y la distribución, hasta el punto de que ha favorecido una
floración de comunicadores amateurs; pero indagar, documentarse y elaborar las
informaciones exige un equipo de profesionales y sigue saliendo caro. Y
precisamente la red ha acostumbrado a la gente a leer el periódico sin pagarlo,
y ha provocado la aparición de portales que no crean contenidos sino aprovechan
los de otros, pero no pagan derechos y compiten por la publicidad.
Salvo en Japón, el público se
informa sobre todo en los sitios de los medios, no en los agregadores de
noticias.
Sin embargo, el informe revela
que en Internet los medios profesionales no han acabado diluidos en el potaje
de Google Noticias. Algo de eso solo se detecta en Japón, único país de los
nueve estudiados donde los agregadores son la primera fuente de noticias en la
red (78% de los usuarios de medios digitales). En los otros, el público va
sobre todo a los sitios de los medios “tradicionales” –entre el 71% en Alemania
y el 87% en Gran Bretaña–, y los agregadores y los blogs o redes sociales
quedan a 30 o 40 puntos de distancia (las distintas opciones no son
incompatibles).
En efecto, si se observan las
cabeceras más populares dentro de Internet, resulta que muy pocas son de medios
solo digitales: Yahoo, Google Noticias, MSN; y en Estados Unidos y Gran
Bretaña, el Huffington Post. La mayoría son televisiones, periódicos o radios:
en general, las mismas que más audiencia tienen fuera de la red.
Tampoco puede decirse que el
público haya emigrado sin más a Internet. Los medios más usados siguen siendo
los “tradicionales”: la televisión (81% de los encuestados), la prensa (49%) y
la radio (43%).
De los sitios informativos más
populares en Internet, la gran mayoría son de medios tradicionales, no otros
solo “online”
Fuentes fiables
Parte de la explicación puede
estar en las respuestas a otra pregunta de la encuesta. La gran mayoría del
público prefiere informarse en sitios que conoce y le inspiran confianza. En
Gran Bretaña, donde el prestigio de la prensa ha quedado dañado por las
violaciones de la intimidad a cargo de tabloides, las ediciones digitales de los
periódicos son consideradas fiables por el 60% de los usuarios, solo por detrás
de las webs de las televisiones o radios (79%). Muy por detrás están los medios
específicamente nacidos en Internet: los blogs informativos (11%) y las redes
sociales (10% o menos).
A la vez, los servicios de
Internet a los que la prensa suele acusar de ser como parásitos, de hecho le
llevan público. En algunos países, aunque la gente vea las noticias
principalmente en los medios mismos, no en agregadores, las encuentran sobre
todo gracias a buscadores o redes sociales. Por ejemplo, en Francia el 74% de
los usuarios se informa en los medios, pero en su mayor parte (45%) acceden a
ellos a través de una búsqueda. Lo mismo ocurre en Alemania e Italia. En
España, la primera vía de acceso son las redes sociales. Donde no es así, como
en Gran Bretaña, la aportación de los portales es importante.
Sigue siendo cierto que
buscadores y redes sociales se llevan una porción más grande de la publicidad,
con la ayuda involuntaria de los creadores de contenidos que la gente pueda
buscar o compartir. Pero los portales no son puros zánganos que se aprovechan
del trabajo de los medios, pues también contribuyen a que haya más mercado para
todos.
El 50% del público compra algún
periódico todas las semanas; solo el 5% paga el acceso a un medio en Internet
Más gente dispuesta a pagar
Así pues, en la información
digital hay ganadores y perdedores. En general, los medios consolidados no han
perdido protagonismo, y han ganado nuevos modos de llegar al público. Esto se
cumple más aún con la difusión de distintas plataformas: un tercio de los
usuarios de medios digitales accede a ellos en más de un aparato (ordenador,
tableta, teléfono móvil…). Aunque las ediciones impresas pasen un mal momento,
la audiencia total ha subido.
Lo difícil es cobrar. En el
conjunto de los nueve países del informe, más o menos la mitad de los
encuestados compran algún periódico todas las semanas, pero solo el 5% pagan
por informarse en Internet. En el coloquio que siguió a su intervención, Levy
mencionó un dato elocuente: la versión digital del Daily Mail es el sitio
informativo en inglés más leído del mundo (superó al New York Times hace un
año), con unos 8,1 millones de usuarios distintos al día; pero aún ingresa más
dinero por la edición impresa, que vende 1,8 millones de ejemplares.
Sin embargo, los lectores de pago
están aumentando. En cuatro países donde la encuesta se realizó también en
2012, el año siguiente alcanzaron en torno al 10%. La subida mayor fue en
Francia (del 8% al 13%) y Gran Bretaña (4-9%); un poco menos rápida, en
Alemania y Estados Unidos. Solo en Dinamarca se registró un descenso, del 12%
al 10%.
También aumentan los que aseguran
estar dispuestos a pagar algún día. Estos son más en países donde la
información en Internet –y la costumbre de no pagar– es más reciente: Brasil
(un 58%, nada menos), Italia (19%), España (17%). En los otros no llegan al
10%.
Comodidad
¿Cómo lograr que esos propósitos
se cumplan y se extiendan? Según Levy, el público pagará por los medios
digitales que den una información específica para un nicho de audiencia u
ofrezcan comodidad de acceso. Lo segundo significa en especial estar disponible
en distintos formatos y dispositivos portátiles; servir actualizaciones breves
y rápidas, junto con contenidos que ver o leer con más detenimiento.
Todo eso vale, supuesto que el
medio cultive su marca, para que su público se identifique con ella: la
confianza, de nuevo. Esa es la segunda razón por la que los encuestados
británicos estarían dispuestos a pagar el acceso a un medio digital: por ser
“una marca en que confío”. A continuación, porque ofrece “un periodismo
distintivo, que no encuentro en otro lugar” o “autores y comentaristas que me
gustan”.
La primera razón es más simple:
“porque ya no puedo acceder gratis”.
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